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125 aniversario de la fundación de la congregación de los Angeles Custodios

"Adelante, siempre adelante” (Beata Rafaela Ibarra)

El pasado 9 de diciembre celebramos un acontecimiento significativo para todos aquellos que formamos parte de la familia Ángeles Custodios: el 125 aniversario de la fundación del Instituto de los Ángeles Custodios. 125 años de amor, entrega y fidelidad al Evangelio

Una mirada evangélica está presente en todas las iniciativas y proyectos que la madre Rafaela impulsa. Promueve la fundación de colegios en colaboración con diversos Institutos religiosos, insta a las autoridades a asumir responsabilidades,  impulsa la Casa de Maternidad, la creación de la Casa Cuna de San Vicente o la Casa de Perseverancia. Colabora con hospitales, cárceles de mujeres o con otras instituciones dedicadas a jóvenes y niñas. 

 

Pero todo es poco para su mirada de apóstol que descubre siempre nuevos horizontes. Y, si bien el día 1 de Marzo de 1893, en la calle Hernani, daría comienzo su obra definitiva, fue el 8 de diciembre de 1894, en un pequeño piso de Bilbao, cuando Rafaela Ybarra junto a tres jóvenes, Trinidad Azcaray, Franciasca Argaluza y Pía Basozabal, con quienes comparte la misma mirada, dieron comienzo su aventura de ser madres y educadoras.

 

Esa mirada presente en las vidas de estas cuatro mujeres es la misma mirada que  se hizo presente en la  vida de los dos discípulos de Emaús desde el instante en que  “se les abrieron los ojos”.

 

Es la mirada que hace presente en sus vidas la Experiencia del Resucitado. Y es esta experiencia del Resucitado la que impulsa a Rafaela y a sus tres jóvenes compañeras de aventura a formar Comunidad, a fundar el Instituto Religioso de los Ángeles Custodios.

Rafaela Ybarra es, pasado, presente y futuro a la vez. Alienta e impulsa la tarea de religiosas y laicas y laicos que forman parte de la Obra y que trabajan por mantener el legado recibido y adecuarlo a nuestro mundo. Cambian las formas, los lenguajes, las herramientas de transmisión pero la generosidad, el amor y la entrega en el servicio son inmutables e inequívocos. ¡Qué ella nos bendiga a todos!

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